
Benedicta Badía
Amante del Arte para construir el dialogo, el debate y los sueños de nuestros tiempos.
Alabadas da la palabra.
Poner en palabras. Traer la razón.
La palabra es universal, forma ideas y comienza el diálogo que cambia la mirada sobre quienes somos.
Alabadas da la palabra ampliando su mirada hacia el arte.
Sentir el arte. Expandirnos.
El arte es universal. Pone en imágenes lo que esta latente y que no sabemos SER.
Es un camino sin límites, certezas o seguridad. No define una visión, por el contrario la amplia. Tener miedo. Ser humildes. Tener coraje. Enfrentar el reflejo del arte sobre uno mismo. Nos enfrenta a nuestros propios conflictos. Permitir la vulnerabilidad. Ser genuino. Aceptar.
Alabadas Arte: La oportunidad de buscar quien soy y no quién debería ser.
Cindy Sherman
Colección Astrup Fearnley
MALBA
28.06.18 – 29.10.18
Cindy Sherman Untitled Film Still #10, 1978 [Foto fija sin título No 10] Copia en gelatina de plata 69,5 x 87 cm Colección Astrup Fearnley. Foto: Gentileza MALBA
Hace muchos años ví por primera vez una foto de Cindy Sherman (1954), inmediatamente pensé: “Yo fui esa mujer alguna vez en mi vida” La foto #56 de su serie Untitled Film Still 1980, nos muestra una mujer, mirándose al espejo con la mirada totalmente vacía y perdida. Aunque reconocí que “ella” ya no era mi realidad, me incomodó tanto que mi primer instinto fue darme vuelta y salir del museo. Todavía tenía el recuerdo vívido de una mujer que se levantaba todos los días a desaparecerse en otros, a perderse todos los días un poquito más, sin saber quién es? para qué existe? Quién “debe”ser? Cuál es su lugar? O definir quien “quiere” ser.
Me dolía por la que fui, pero también me dolió porque esa mirada desolada y vencida esta vigente hoy en las mujeres (creo que todas pasamos alguna vez por esta etapa) Yo sé lo que me costó dejar de mirame al espejo sin existir. El trabajo y la valentía que cuesta ser auténtica con una misma. Poner el límite. Encontrar el orígen puro y aferrarse a esa criatura que una debería haber sido y nutrirla para convertirse en la mujer que siempre debiste ser.
Cindy Sherman es considerada una de las más influyentes fotógrafas feministas y pionera en su generación. En los ‘70s comenzó a fotografiarse a sí misma (si, todas sus fotos es ella disfrazada) aludiendo a los roles sociales de la mujer, a la opresión de la influencia de los medios en esa imagen a la que aspiramos, a los esteriotipos comunes, a las creencias culturales. Sin tapujos nos dice en la cara que somos nosotras las que comprometemos nuestra propia identidad en pos de lo que la sociedad nos dicta. Busca incomodar y lo logra. No es sólo fotógrafa, cumple una multiplicidad de roles en su actividad artística. Con mucha precisión se maquilla, se pone pelucas, crea accesorios y se viste para construir esa “persona” a la que va a fotografiar. Duele en el estómago que pueda emular con tanta agudeza estas “mujeres”, y duplicar al colectivo imaginario que nos representa. Pero, para mí es peor aún, si Cindy Sherman nos muestra nuestro reflejo y nosotras, al verlo podemos decodificarlo y entenderlo, no somos cómplices de esta construcción social?
Bajo esta mirada, hay que ser valiente para ir a ver la obra de Cindy Sherman. Es ir a mirar esas mujeres a los ojos sin saber que fibra íntima va a tocar. Es entrar al museo vulnerables. Pero también es una oportunidad única de autoreflexión.
Cindy Sherman Untitled #402, 2000 [Sin título No 402] Impresión cromogénica 112 x 84 cm Colección Astrup Fearnley. Foto: Gentileza Prensa MALBA
Cindy Sherman Untitled #216, 1989 [Sin título No 216] Fotografía en color 222 x 143 cm Colección Astrup Fearnley Foto: Gentileza Prensa MALBA
La exposición de Cindy Sherman se puede ver junto a la de Richard Prince en el Museo de Arte Latinoaméricano de Buenos Aires (Malba) hasta el 29 de octubre del 2018. Para más información malba.org.ar
Nota: Si bien Cindy Sherman es venerada como artista feminista, no puedo dejar de comentar que su obra se refiere a un particular segmento de las mujeres en la sociedad de los Estados Unidos. En una posición, a mi criterio, racialmente controversial dejó atrás a la mujer negra. Cada artista puede elegir en qué basar su obra, pero definitivamente, hoy en el contexto en que la vemos, tenemos la responsalidad de presentra a Cindy Sherman NO como la que representa a la mujer estadounidense, sino un determinado sector de la misma.
Catalina León
Artista Plástica
Web: catalinaleon.com
Otras páginas donde podrás ver más de su trabajo:
ruthbenzacar.com
ligabuenosaires.com

A la obra de Catalina siempre la sentí atada a mi útero. Sus presencias o ausencias de color, materia, texturas, telas y bordados siempre tuvieron para mi, un sabor al recuerdo infantil de poder dormir la siesta en una tardecita de sol cuando todo está bien en el mundo y tenía la protección materna infinita e invencible. Esa añoranza al recuerdo primario de la confianza inocente. No entendía ese poder de bálsamo curativo hasta que visité su nido. Sí, Catalina anida. Tomamos mate. Miramos su obra y sus procesos de producción. Hablamos de lo que le/nos preocupa. Sonreímos. El arte la elegió a ella. La doblegó. Su obra es el resultado de esa rendición total a ese universo. Sale con fuerza y poder. Con lucha y dolor profundo. No te es indiferente, pero también sale con una fragilidad extrema y una empatía desarmante. Es preciosa y delicada. Catalina, a través de su obra, entrega al mundo talismanes de protección. La sabiduría para activar esa energía fluye en su quehacer cotidiano. No es casual que dedica sus días al trabajo en Vergel, ONG, desde la cual acercan la práctica artística al mundo de la salud. No es casual que dedica sus días a sanar a través del arte en un hospital. Los negros de su obra son infinitamente profundos, nos recuerdan que abrazar lo feo, lo oscuro, lo debilitante puede ser la base para empezar a sanar. Así es su nido. Catalina celebra y se compromete con la vida como es. Difícil, dura, injusta. Bella, llena de luz y la esperanza de algo mejor.
No creo que haya sido una coincidencia que me contara que se iba a Madrid a participar de la muestra Membrana (ver abajo) y que ese mismo día Argentina fuera testigo de una marcha a favor del derecho sobre nuestro cuerpo, y que además Alabadas generara un espacio para el arte y retomara el tema del aborto legal. Entender que nuestra realidad es que hoy permitimos que muchas mujeres en el mundo y en nuestro país pierdan la vida, sufran condena social y heridas emocionales graves.
Horas después de la visita se movieron todos los universos para que, con una confianza y valentía infinitas, ella nos entregara su testimonio, su palabra y su arte.
“Cuando era chica vivía en un pueblo y a la tarde iba a un taller de actividades prácticas. Hubo un concurso en contra del aborto. La profesora hizo un collage, en el centro puso un feto, del cual salían como pétalos escenas de la vida. Me hizo pintar el talló, y sin consultar a mis padres, lo presentó al concurso en mi nombre. El collage gano. Cuando fui a buscar el premio le pregunté a mi mamá qué era el aborto, cuando me explicó, recuerdo el fuego, la rabia que sentí de que nos negaran el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. A los 10 años supe que estaba a favor del aborto. No tuve el valor de hacer un discurso frente al público. Agarré el walkman del premio y me fuí.
Cuando cumplí 20 años me quedé embarazada. En esa época aún no me decidía a ser artista, tenía miedo, miedo a la exuberancia de vida, tal vez. Me sentí invadida por ese embarazo no deseado y pensaba ¿cómo voy a hacer nacer alguien si todavía no nací yo? Porque de alguna manera asumir una vocación también es nacer. Aborté y nunca me arrepentí. Tuve la suerte de que mis padres me apoyaron en mi decisión. Las noches previas a la intervención, las pase pintando. Sé que mi relato forma parte de una minoría, la minoría de las que podemos acceder a un aborto clandestino pero seguro y además contar con el apoyo emocional para poder tomar la decisión a plena conciencia. Y también formo parte de una mayoría, la de las mujeres que comprendemos que la decisión de abortar es nuestro derecho.”
Catalina León
Catalina León
Catalina León
Catalina León
Catalina León
Catalina León
Catalina León
Membrana
Membrana: Recipiente coral de la memoria, es proyecto de construcción grupal del Colectivo La volcana. Una exhibición que propone crear un tejido de relatos, un espacio cuidado para escuchar de forma colectiva los diferentes relatos de las mujeres que han vivido la experiencia del aborto, y a su vez ofrece el espacio íntimo, para poder grabar el relato de las que quieran sumar su historia.
Podrá visitarse del 26 de junio al 15 de julio en el Centro Cultural Daoiz y Velarde, Madrid.
Mar – dom de 16 a 21 hrs.